Séneca - La brevedad de la vida

 

Este libro, un discurso dedicado a su colega Paulino, es una reflexión de Séneca sobre cómo las gentes de su época desperdician su tiempo en tareas que le roban vida en vez de enriquecerla. Por supuesto, 2000 años después seguimos “desperdiciando” tiempo en esas mismas cosas.

Me gusta leer obras de pensamiento clásico de vez en cuando, siempre se saca un puñado de ideas útiles que suelen ser aplicables al presente porque el mundo nunca cambia. Cambian los nombres, los ‘esclavos’ pasan a llamarse ‘trabajadores por cuenta ajena con un alquiler que pagar’. Los ‘cónsules’ pasan a llamarse ‘lobbies’ y la ‘gloria bélica’ pasa a ser la ‘libertad financiera’, pero el perro sigue llamándose Rex aunque ahora le pusieran un collar de Louis Vuitton en vez de uno de cuero de vaca vieja. Eso sí, igual que me gusta leer a los clásicos me gusta también refutarlos un poco, que es lo divertido.

Una cosa que me sorprende cuando leo filosofía estoica (pasa también en otras escuelas, pero en esta especialmente) es que los contenidos y la forma de dirigirse al lector están mucho más cerca de métodos de comunicación modernos de lo que parece. De la brevedad de la vida, si bien es una obra profunda y con mucho trasfondo, no deja de ser un sermón muy vehemente sobre lo cojonuda que es mi forma de ver la vida y lo mucho que desperdician su tiempo los que buscan otras cosas en su existencia. En cierto modo, que un filósofo del siglo I te venda que lo único que cunde es que dediques tu tiempo a los filósofos como él y tomes a Sócrates de ejemplo no es muy distinto a que un tatuado del siglo XXI te venda que tienes que dedicar tu tiempo a hacer burpees a las 5AM tomando a Topuria de ejemplo. Uno dedicó su vida a pensar y otro la dedicó a no pensar, pero usan el mismo método para convencerte.

Puedo imaginar a Séneca en 2024 entrando en Twitter con cara de pocos amigos y escribiendo lo de este libro en una serie interminable de tuits a los que da entrada con un “Vengo de mala hostia porque me crucé un grupo de chavales tomando unas cañas en el bar en vez de leer a Aristóteles. Abro hilo“. No comulgo con la idea de base de que solo la sabiduría enriquece el tiempo, pero es una lectura útil.

VALORACIÓN:



Rubén Pedreira

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