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Es algo con lo que se topó toda persona que se prodigó un poco por el mundo de las letras e interactuó con la gente que puebla el aquelarre literario. Encontrar el camino del éxito es algo reservado a unos pocos, y en casi todos los casos necesita además de talento una perseverancia importante o un apadrinamiento contundente. Quien busca réditos inmediatos solo encuentra frustración en un mundo de cocción tan lenta como este, pues tengamos en cuenta que lo normal cuando tu nombre no sale en las revistas es que después de terminar una novela vengan meses y meses esperando respuestas de editoriales que muchas veces ni siquiera llegan.
Ten cuidado con esa frustración, porque por algún motivo en el mundo literario crea monstruos bastante desagradables. Puedes caer en ese pozo de los que piensan que su obra no obtuvo el reconocimiento merecido, o incluso que es una afrenta el no haber recibido el apoyo de tal o cual organismo o ente de su entorno. ¿De verdad quieres que te pongan la etiqueta de amargado o prepotente solo porque tu libro no alcanzó el lugar que esperabas? Hay miles y miles de personas en el mundo que, como tú, creen que tienen una obra maestra entre manos, no estás solo, y casi todos se encontraron lo mismo que tú. Escribe por lo que te aporta escribir, no por las películas de futuro o presente que te montas en la cabeza. Lo demás llegará o no llegará.
Cada año se publican unos 2 millones de libros en el mundo, y por ahí hay gente quejándose de que es inaceptable que las librerías de su ciudad no vayan a buscarlos a sus casas, después de lanzar el suyo al mercado, para hablar de sus obras o para tenerlas expuestas en sus estanterías. Siento decírtelo, pero nadie va a ir a buscarte a tu casa hasta que seas tú quien aporta algo al que te tenga que buscar. Mientras te abres camino, tendrás que ser tú el que tenga que abrirse el hueco e ir a llamar a puertas, viendo además que muchas veces las encontrarás cerradas por multitud de motivos. Imagina a un vendedor de aspiradoras quejándose de que los cliente no vayan a llamarlo a su puerta para acabar con sus existencias en vez de tener que ir puerta por puerta intentando encontrar clientes interesados en su oferta. Aunque tus intenciones sean artísticas no eres diferente a un comercial a puerta fría, en el cruel mundo contemporáneo ofreces un producto y tienes que saber venderlo o tener el teléfono de quien sepa hacerlo si quieres una mínima repercusión.
No creas que la librería de tu barrio te debe la pleitesía de tener tu libro siempre en stock, ni que las bibliotecas de tu ciudad tienen que tener varias copias de tu novela. Las librerías viven de poblar sus estanterías con obras que vendan ejemplares, no de hacer favores, y en las bibliotecas tampoco pueden acumular libros porque sí. Sé un autor proactivo y consciente del mundo en el que vive y busca las puertas abiertas en vez de recrearte echando pestes contra las cerradas, porque el mundo no es perfecto pero es como es. Nadie te debe nada por haber escrito un libro, y deberías tener eso muy claro. Para el público las obras artísticas que consumen están hechas para entretenerlos o transmitirles sensaciones, no para engrandecer el ego del creador. A la gente que te leerá le importa cero tu ego, así que si no quieres generar rechazo sé humilde con tu obra. Al fin y al cabo la escribiste porque tenías que sacarte algo de dentro, no por vanidad. ¿O no?
AXIOMA 7:
"Un escritor que piensa que el mundo le debe algo por haber escrito un libro genera rechazo, no seas esa clase de artista que ante la falta de oportunidades durante sus primeros pasos opta por pensar que los demás deberían prestarle más atención de la que le prestan. Nadie va a ir a llamar a tu puerta siendo un autor novato si no ofreces cosas que otros no ofrecen, y un simple libro (no simple como sinónimo de fácil, sino como sinónimo de común) no es algo que no ofrezcan varios cientos o incluso miles de personas en tu misma ciudad. Piensa formas de distinguirte, muévete en busca de puertas abiertas y ve formando un círculo de gente agradable alrededor de tu actividad literaria, pero no seas el amargo que actúa como si fuese una injusticia algo tan habitual como tener que buscarse la vida para dar los primeros pasos en un mundo en el que acabas de empezar."