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"Ah, ¿así que tú también quieres ser el nuevo Stephen King?" |
Vaya, ¿qué tenemos aquí?. Veo que te decidiste por fin a hacer caso a aquella profesora, a aquel familiar o aquel amigo que siempre te dijo que se te daba bien eso de juntar palabras y que deberías probar a escribir un cuento, un relato o incluso (ojalá que no, líbresenos de semejante atrevimiento en las fases iniciales de una carrera literaria) una novela. Era solo cuestión de tiempo que te animases a probar, ¿verdad? ¿A quién no le va a gustar soñar con convertirse en la nueva historia de éxito de las letras castellanas? Se te da bien, siempre se te dio bien, y tienes la motivación necesaria. Y por lo menos la tendrás durante uno o dos meses más, no cabe duda.
En las redacciones del colegio era una maravilla tu habilidad para poner los puntos y aparte justo donde debían ir. Tampoco temo equivocarme si me arriesgo a decir que incluso en alguna ocasión te vino una chispa de elegancia y levantaste los aplausos del claustro de profesores con algún punto y coma nunca antes visto en la historia reciente de tu centro educativo. Pero siento decírtelo: La primera obra de ficción que escribas va a ser mala. Quizás no la historia, pero sí la ejecución. Y eso no es una crítica destructiva, es un hecho por el que todo el mundo pasó. Quizás hubo un puñado de personas en la historia que tuvieron la suerte de saltarse ese paso y empezar ya siendo genios desde la cuna, pero espero que tengas muy claro que no quieres caer en el cliché del escritor o escritora que se cree genial sin haber hecho nada, ¿no?
Empecemos por entender que escribir es un proceso, y hacerlo bien lleva su tiempo. De hecho, creo que un paso vital a la hora de aprender a escribir es empezar a darte cuenta de todo lo que haces mal y aprender poco a poco a arreglar estropicios, cada uno según sus técnicas y ritmos. Si buscas la guía definitiva para el éxito, siento decirte que no existe, y si existe no está en mis manos sino en la de alguna eminencia que se la guarda para uso propio. Yo no puedo ofrecer la sabiduría de una eminencia porque no lo soy y probablemente nunca lo sea, eso es para gente que se toma las cosas muy en serio o para gente que nació con un don divino. A mí no me genera especial interés tomarme las cosas muy en serio y tampoco me avisó nadie de que tuviera ningún don debajo del brazo cuando nací, así que lo único que ofrezco es una experiencia de varios años metiendo la cabeza por el mundo literario como escritor y como lector (ambos roles son necesarios).
En este tiempo me encontré con un puñado de cosas de las que nadie te suele advertir cuando no tienes gente cercana metida en el mundo de la escritura y por ello no sabes muy bien por donde empezar. No hay nada como darse hostias contra los muros unas cuantas veces para aprender la mejor manera de saltarlos, y a lo largo de estos artículos intentaré compartir algunos trucos prácticos u opiniones (no siempre prácticas) para que el muro duela menos cuando aparezca de golpe delante de tus narices. El consejo realmente definitivo sería: Búscate un buen padrino y que te vaya abriendo el paso. Asumo, no obstante, que no todo el mundo tiene muy claro cómo buscarse tal cosa y por eso tiraremos por el camino largo.
Este primer artículo es una simple introducción con una parte buena y una parte mala para cualquier persona que quiera empezar a teclear historias. La parte mala es que, por mucho que la gente te diga que escribes muy bien, una cosa es redactar bien los trabajos académicos o hacer unos emotivos posts en redes sociales y otra cosa muy distinta es escribir bien. Si nunca escribiste literatura, probablemente lo primero que hagas será malo como ya dije antes. La parte buena es que no pasa nada, porque a escribir literatura se aprende escribiendo literatura. Tienes una vida por delante para mejorar. Y a lo largo de estas publicaciones que escribiré tendrás la enésima serie de artículos publicada en Internet con consejos para escritores. ¿Qué diferencia lo que encontrarás aquí de lo que encontrarás en muchos otros sitios? Pues no lo sé, porque no los leí todos. Pero sí que leí algunos y por lo general tienen cierta tendencia a endulzar las verdades incómodas. Yo prefiero no hacerlo, porque el camino de la literatura está lleno de verdades incómodas (aunque también está lleno de cosas entretenidas).
¿Todo preparado para empezar un camino en el que la linea entre la paz mental y la desesperación absoluta es tan fina que a veces la cabeza convive en equilibrio entre ambas? Pues siéntate, intentaré ayudar en lo que pueda para que la paz mental sea tu camino si pretendes (porque conseguirlo es otra historia) vivir del cuento. Pero tienes que poner de tu parte y entender que la probabilidad de que se cumpla en la vida real la idea de éxito que tienes formada en tu cabeza es tan probable como ganar la lotería. Esa es, de hecho, la primera enseñanza de esta guía para la vida:
AXIOMA 1:
"Quítate de la cabeza la idea de que estás empezando un camino que te llevará a ser el futuro Stephen King o la futura JK Rowling. A la literatura se viene a otra cosa, es un medio para transmitir lo que quieres transmitir, no pongas el carro delante de los bueyes. Todo escritor quiere ser leído por el máximo número de gente, pero el objetivo real debe ser mejorar y aportar una obra honesta. Cualquier objetivo irreal solo lleva a la frustración y a caer en el peor de los clichés posibles: El del escritor quemado, asqueado del mundo y que cree que el universo le debe algo por haber juntado unos cuantos párrafos en forma de libro."
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