David Lynch, lo único y lo irrepetible

David Lynch, caracterizado como su personaje de Gordon Cole en la serie Twin Peaks

El 16 de enero de 2025 el mundo perdió la genialidad de una persona que concibió una forma diferente de expresarse. Para mí fue también una persona que influyó más que cualquier otra a la que no haya conocido personalmente en toda mi forma de buscar la creatividad artística. A la típica pregunta de "¿A qué artista te habría gustado conocer?" siempre tuve clara mi respuesta. Cervantes, Shakespeare o el mismísimo y quizás inexistente Homero podrían estar todos en fila rodeando a este hombre y yo me iría directamente a charlar con Lynch sin dedicar más que un educado saludo al resto de míticos.

Fue diferente porque su trabajo va de cosas diferentes. No es cuestión de si creó obras maestras o no (que sí lo hizo, en casi todos sus trabajos), porque lo que creó fueron caminos inexplicables por los que llevar al cerebro del espectador. Cuando acabas El Padrino sabes que viste una obra de arte, pero cuando acabas Twin Peaks o Mulholland Drive pasas días recuperándote del viaje. Como toda expresión artística habrá gente a la que no apasione su trabajo, pero quien conectó con él no se recupera nunca de la necesidad de volver a encontrar eso en otros sitios. Y yo por ahora no encontré nada parecido.

Una de las características que más me gustan de su obra es que habló de la maldad de una manera muy peculiar. Esa maldad siempre presente en sus trabajos, pero también casi siempre presentada como un fenómeno incomprensible, incluso paranormal. La maldad siempre ronda, siempre está ahí, pero flota como un ente abstracto que no entendemos. Creo que retratar la maldad de esa forma, como algo que no se puede entender desde la cordura, es algo que solo puede ocurrírsele a alguien que es buena gente. La maldad como algo que no cuadra y reñido con la lógica, no como algo propio de la vida.

Nunca encontré nada similar, y eso es un problema. La esperanza de una nueva película de Lynch o una cuarta temporada de Twin Peaks se acabó. El mundo siempre busca cosas nuevas para sustituir a las antiguas, todos los años alguien nos habla de algún joven confuso al que bautizan como el nuevo Messi, por improbable que sea eso, ¿pero un nuevo David Lynch? De eso nunca habló nadie, porque quien entró alguna vez en su obra y encontró algo que ni sabía que buscaba sabe que es único.

Gracias, David.

 

Rubén Pedreira

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