Alan Moore & Dave Gibbons - Watchmen


 

No soy consumidor habitual de historias de superhéroes. Tampoco consumidor ocasional, no recuerdo haber leído un comic de esa temática en mi vida. Siempre me tiró más el heroísmo de Mortadelo que el de Spiderman, que en realidad no son tan diferentes. Ambos van por la vida disfrazándose para capturar criminales, solo que los criminales a los que se enfrenta uno se llaman ‘El Rabadillo’ o ‘Señor Todoquisque’ y los criminales a los que se enfrenta el otro se llaman ‘Doctor Octopus’ o ‘Duende verde’. Yo creo que no hay color en cuanto a carisma, pero cada uno tendrá sus preferencias.

El caso es que el otro día me crucé por casa con un libro de tapas duras. Un libro que estaba totalmente solitario, en estado de auténtica indefensión. Ponía Watchmen en la portada y yo sabía que es la típica historia de superhéroes que la gente que lee historias de superhéroes recomienda a la gente que no lee historias de superhéroes. También sé que es la típica historia de superhéroes que la gente que lee historias de superhéroes y que quizás es un poco intensa de más dice que es un sacrilegio recomendar a quien no lee historias de superhéroes. El caso es que, por entender su estatus de obra de culto, decidí echar un ojo.

Lo que cuenta Watchmen no es una historia típica de superhéroes, los protagonistas son más bien gente peculiar disfrazada que en muchas ocasiones tienen mejores intenciones que resultados. La sociedad los acaba tratando como pobres diablos y al final hasta los ilegalizan porque la lían bastante. Lo que está bien es que aquí no hay protagonistas intachables como en otras obras del género, la mayoría de los disfrazados son insoportables en mayor o menor medida, humanos con más traumas e inseguridades que la media.

Esta historia tiene carga de crítica social y psicológica dura pero también tiene mucho, respecto a su género, de lo que ‘El crepúsculo de los dioses’ tuvo respecto al género del cine. Por detrás del color, el postureo y el fenómeno de masas se esconde el vacío, y cuando se cae la fachada no queda nada. Watchmen muestra a las personas detrás de los héroes y nos encontramos con que detrás del márketing hay un pozo oscuro. Como Instagram, pero en ucronía.

VALORACIÓN:


 

Rubén Pedreira

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