Mijaíl Bajtín, el escritor que se fumó su propio ensayo

Bajtín fotografiado en la década de 1920


Mijaíl Bajtín fue uno de los pensadores más importantes del humanismo soviético y sus trabajos barrieron un amplio espectro de temáticas, desde la sociología hasta la crítica literaria. Vivió de cerca una época convulsa, tocándole de cerca la Revolución rusa, las purgas estalinistas y la II Guerra Mundial. A pesar de esto, Bajtín fue un autor prolífico que aportó una visión profunda y poco ortodoxa de los temas que solía tratar. Una de las anécdotas más curiosas y duras que protagonizó está relacionada con un ensayo que se perdió de una sorprendente manera.

Bajtín había estado trabajando durante al menos dos años (1936-38) en un libro titulado La novela de educación y su importancia en la historia del realismo, un estudio sobre el Bildungsroman y la literatura realista influenciada por ese género. Este ensayo, que inicialmente era más extenso, salió a la luz de una forma mucho más resumida de lo proyectado. De él sobrevivió tan solo la parte inicial de la obra, dedicada sobre todo a uno de los padres del género: Goethe. Podría pensarse que la no publicación de la obra completa se debió a la censura, tan presente en la época, pero nada tuvo que ver esta aquí. Toda la culpa fue de los devastadores efectos de la Segunda Guerra Mundial y de un vicio poco recomendable del autor.

Durante los primeros meses de la invasión alemana en Rusia, el edificio en el que se encontraba la editorial que iba a publicar el libro de Bajtín (Sovetsky pisatel) fue bombardeado y destruido. Allí se encontraba el manuscrito completo en el que el escritor había trabajado tanto tiempo, mientras que él solo conservaba en casa algunos materiales preparatorios y un borrador del libro. Con esta situación, estaba claro que la cosa pintaba mal, pero peor pintó cuando la incursion nazi en el país soviético conllevó una escasez extrema de papel. Debido a esta situación, Bajtín recurrió a un acto de desesperación para saciar su necesidad de fumar. Decidió que la única manera posible de poder consumir tabaco era usar las páginas de sus manuscritos para usarlos como papel de fumar. Comenzó usando las páginas del final de la obra y fue tirando ordenadamente hacia atrás.

Bajtín no fumaba precisamente poco, y por ello el resultado fue que solo sobrevivió una pequeña porción del primer capítulo del libro, principalmente centrada en el mencionado autor de Las penas del joven Werther. Se tiene constancia, no obstante, de que la información que contenía recorría casi dos siglos de historia y llegaba hasta autores contemporáneos del autor, finalizando con la narración de los intentos soviéticos por crear una adaptación socialista a este tipo de literatura.

A pesar de esta destrucción, el fragmento restante de su pensamiento sobre el Bildungsroman y la historia del realismo ha llegado hasta nosotros, demostrando la verdad encerrada en una de sus citas más célebres: "Nada está absolutamente muerto".

[1] Bajtín, M. M. Speech Genres and Other Late Essays. University of Texas Press, (1986)

Rubén Pedreira

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