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NGC 7293 observada por el telescopio Hubble |
La nebulosa de la Hélice, NGC 7293, está situada a unos 680 años luz de distancia, en la constelación de Acuario y eso la convierte en una de las nebulosas planetarias más cercanas a la Tierra. Se formó cuando una estrella similar al Sol agotó su combustible y con ello perdió su equilibrio hidrostático, expulsando sus capas exteriores al espacio y dejando en el centro una enana blanca. La radiación de esta estrella remanente es lo que hace brillar el gas circundante. La estructura que vemos tiene una forma casi circular, con detalles internos que le dan el aspecto de un ojo, por lo que se la suele conocer popularmente como Ojo de Dios.
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Detalle de los nudos cometarios apuntando hacia el interior de la nebulosa |
A pesar de su cercanía, su brillo superficial es bajo y no se puede distinguir sin un telescopio salvo en condiciones de alta oscuridad. Tiene un diámetro aparente de más de 20 minutos de arco, lo que la hace comparable al tamaño de la Luna llena en el cielo. Destaca por sus filamentos a lo largo de su anillo interior, cuya apariencia es similar a la de un cometa y por ello se llaman nudos cometarios. Son concentraciones densas de gas con forma alargada y orientadas hacia la estrella central.

¿Sabías que?
Todavía no está aclarado el origen de los nudos cometarios, pero algunos modelos apuntan a que podrían estar relacionados con inestabilidades en el gas expulsado por la estrella.
La Nebulosa de la Hélice es un nuevo ejemplo de cómo termina la vida de una estrella similar a la nuestra. Un proceso lento en el que se liberan capas de gas que se expanden durante miles de años y generan una nube tenue, con una estrella moribunda en el centro, que algún día se apagará del todo.
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