Una invitación de cumpleaños del siglo II d.C.

 

Carta de Claudia Severa a Sulpicia Lepidina. El estado de conservación no es el ideal, pero es igualmente sorprendente para un documento con casi dos milenios de antigüedad

En las regiones más al norte del antiguo Imperio Romano, en lo que actualmente es el condado inglés de Northumberland, se levantaba el antiguo fuerte de Vindolanda. Allí se encontró un legado arqueológico muy interesante que permitió echar un vistazo a la vida cotidiana y las relaciones personales de aquellos tiempos: la carta de cumpleaños que una mujer llamada Claudia Severa envió a su amiga Sulpicia Lepidina. Esta carta, escrita en una tablilla de madera, es un documento poco común por diversas razones.

Sulpicia Lepidina vivió a principios del siglo II d.C. en el fuerte de Vindolanda, donde su marido estaba destinado como prefecto. La información sobre ella proviene, sobre todo, del archivo de su casa en Vindolanda, donde guardaba su correspondencia, escrita con tinta sobre tablillas de madera. El suelo de la zona, escaso en oxígeno debido a las condiciones climáticas y la tendencia del terreno a anegarse, contribuyó a la conservación de estos materiales orgánicos que en otras condiciones se habrían desintegrado.

Por su parte, Claudia Severa era la esposa de Elio Broco, comandante destinado en otro fuerte de la frontera norte de Britannia, aunque se desconoce la ubicación exacta de este segundo emplazamiento militar. Las mujeres e hijos de los militares destinados en el extranjero solían compartir espacios con los soldados en los campamentos por aquel entonces y tenían bastante vida social, como demuestran las cartas encontradas. El estatus similar de estas mujeres hacía que tejiesen redes de contactos entre ellas para sobrellevar la lejanía de sus hogares.

Restos del fuerte de Vindolanda


Las cartas encontradas en las dependencias de Lepidina nos dicen que el trato entre estas dos mujeres debía ser frecuente. Destaca la invitación que Severa envió a su amiga para su fiesta de cumpleaños, que tiene un tamaño de postal, de unos 20x10 centímetros y se escribió con tinta basada en carbón. En un lado de la tablilla, Claudia escribe el nombre de la destinataria y el de ella misma: "A Sulpicia Lepidina, esposa de Cerialis, de Claudia Severa". En el otro lado se encuentra el cuerpo del mensaje:

"Saludos de Claudia Severa a su Lepidina. El 11 de septiembre, hermana, para el día de la celebración de mi cumpleaños, te envío una cálida invitación para que te asegures de venir, para hacer el día más agradable para mí con tu llegada (...). Saluda a tu Cerialis de mi parte. Mi Elio y mi pequeño hijo le envían saludos."

La mayor parte de este texto fue seguramente dictado a un escriba para conseguir una escritura vistosa en la invitación. No obstante, en la parte baja del mensaje existe un añadido que está escrito con una caligrafía diferente y más informal. Sería una posdata del puño y letra de Claudia Severa, que dice lo siguiente:

"Te esperaré, hermana. Adiós, hermana, mi alma queridísima"

Severa era, por tanto, una persona alfabetizada que no necesitaba de nadie que escribiese por ella si fuese necesario, pero su clase social le permitiría el uso de un escriba para dar a sus cartas una apariencia más formal y elegante. Esta posdata escrita por ella misma parece reflejar la cercanía con su amiga, que le hizo querer añadir algo propio al formalismo de la invitación. El trato de "hermana" deja clara también dicha relación estrecha.

Esta tablilla no fue la única que se pudo recuperar en las excavaciones arqueológicas del fuerte de Vindolanda. Hay casi mil y todavía se siguen encontrando más de vez en cuando. Este conjunto ofrece un vistazo muy interesante a las vidas cotidianas de los militares romanos desplegados en tierras inglesas y de sus familias. La carta de Claudia Severa es la más conocida debido a su naturaleza personal y por el hito de ser, entre todos los que llegaron a nosotros, el documento más antiguo en latín con la escritura de una mujer. La tablilla fue adquirida en los años 80 por el Museo Británico, donde se conserva en la actualidad.

Rubén Pedreira

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