Todo va bien para un grupo de jóvenes universitarios que comparten piso en Lyon. Los chavales son un grupo popular, de los que organizan las mejores fiestas del lugar y que caen bien a todo el mundo. El piso es lugar habitual de jolgorios varios de selecta asistencia y además parece un festival de Eurovisión de los años 60, porque la cuadrilla está compuesta por un francés, una española, un italiano y una alemana.
Las fiestas de los viernes son una tradición arraigada en ese piso, es auténtica devoción lo que hay entre los universitarios de esa ciudad por las fiestas que organizan estos chavales. No obstante, en una de ellas organizada a finales del curso marca el punto en el que todo deja de ir bien. En un determinado momento, al principio de la noche y cuando todavía están esperando por la mayoría de los invitados, se produce una explosión apocalíptica en el edificio que deja lo del meteorito de los dinosaurios en curiosa anécdota.
El desastre, cuyo epicentro se produjo en el salón de sus vecinos de al lado, es terrible. Cuando llegan los servicios de emergencia en el piso de los chavales solo hay un superviviente, el inquilino francés cuyas ganas de mear le llevaron de manera providencial al baño y este resultó ser el punto de la casa más alejado de la explosión. No sale ileso, ni mucho menos, y las lesiones cortan de raíz su prometedora carrera de pintor, pero a diferencia de sus compañeros de piso y algunos invitados tendrá la posibilidad de seguir respirando. Y de seguir recordando ese momento el resto de su vida.
Este libro tiene seis capítulos, el primero como introducción al suceso y los cinco restantes contados cada uno por un narrador diferente, todos ellos protagonizados por los pensamientos y recuerdos de una persona relacionada con la catástrofe una vez pasados los años. Personas del entorno cercano de las víctimas construyen, en base a recuerdos y experiencias anteriores y posteriores, los destrozos que aquel suceso provocó en sus vidas.
Un libro tan bien escrito y con un tono tan desolador por momentos que consigue transmitir su estado de tristeza al lector. Se hace incómoda la nitidez con la que cuenta lo incontable y cómo entra en la cabeza de quien solo quiere escapar de los recuerdos para que dejen de doler.
VALORACIÓN:
No hay comentarios:
Publicar un comentario