Anecdotario de la ciencia: Einstein y su inseparable violín

 

Albert Einstein ensayando con su violín

La capacidad de Albert Einstein para la ciencia estuvo tan por encima de las expectativas de su tiempo que nubló otras facetas del famoso físico alemán a las que, si bien con resultados no tan geniales, dedicó buena parte de su tiempo fuera de las investigaciones científicas. Quizás la que más destacó entre todas ellas fue su dedicación apasionada a la música.

La música era una faceta central en la vida de Einstein, y particular relevancia tenía su gusto por tocar el violín. Tenía seis años cuando su madre, de la que se dice que tenía un gran talento para el piano, decidió probar si su hijo había heredado su capacidad musical y lo apuntó a clases de violín. Al pequeño Albert le costó en un primer momento apreciar el arte de tocar, pero a los trece años descubrió las sonatas de Mozart y todo cambió. El compositor de Salzburgo se convirtió en su músico favorito durante toda su vida.

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¿Sabías que?

En una entrevista con George Sylvester Viereck para el Saturday Evening Post, publicada el 26 de octubre de 1929 [1], Einstein habló de su pasión por el violín en estos términos: "Si no fuese físico, probablemente habría sido músico. Suelo pensar en música, sueño despierto con la música y veo mi vida en términos musicales. Gran parte de la alegría en mi vida la saco de mi violín"

Durante su vida adulta, Einstein procuraba no ir a ningún sitio sin la compañía de su violín. De hecho, su relación con el instrumento llegó a ser tan estrecha que incluso bautizaba cada uno de los que llegaba a sus manos en propiedad. A todos ellos les ponía el nombre de Lina [2], diminutivo de violín. En los años 30, durante su etapa en Princeton, organizaba sesiones de música de cámara en su propia casa que se convertían en eventos irrenunciables para el científico.

Ilustración de Emmerich Haas en la que se muestra un momento de las conferencias universitarias de Davos en las que el científico participó en 1928. Se aprecia un trío musical en el que destaca la figura de Albert Einstein al violín

No existen grabaciones de Einstein con su violín, con lo que hay cierta leyenda urbana sobre lo bueno que llegó a ser tocando. Existen fotos suyas mostrando una postura poco depurada e historias apócrifas sobre pifias en plena actuación pública, pero también registros escritos de personas que lo escucharon tocar hablando de que transmitía gran sentimiento. Tenía muchas amistades dentro del mundo de la música, por lo que si no hubiese tenido un nivel aceptable es probable que hubiesen llegado a nuestros tiempos comentarios al respecto.

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¿Sabías que?

En 2018, la casa de subastas Bonhams vendió un violín que había pertenecido a Einstein por más de medio millón de dólares [3]. El violín había sido expresamente fabricado para él en 1933 por el lutier Oscar H. Steger y más tarde se lo regaló al hijo de un técnico de mantenimiento de la Universidad de Princeton que compartía su pasión por el instrumento.

Sea como sea, si bien nunca sabremos calibrar la genialidad de Einstein para la música, podemos tener claro que su pasión por  ella rivalizaba con la que sentía por la física.


[1] Viereck G. S. - Saturday Evening Post, 26/10/1929, "What Life Means To Einstein"

[2] Inside Einstein’s Love Affair With ‘Lina’—His Cherished Violin

[3] Bonhams - Einstein Violin Achieves World Auction Record of $516,500


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Rubén Pedreira

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