Guía para la vida del escritor confuso (8): Escribe bastante, pero lee aún más

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"Yo no leo, a mí lo que de verdad me gusta es pasarme el día escribiendo en mi cuaderno"

Hace un tiempo leí una noticia sobre un director de cine que decía que no veía cine porque le gustaba mucho más hacer películas que verlas. Supongo que la frase era parte del personaje, un intento de generar polémica y relevancia, porque creo que es inviable hacer bien un trabajo artístico permaneciendo ajeno a lo que hizo o hace la gente que se dedica a lo mismo. Y la razón no está en el corporativismo, ni mucho menos, sino en lo que puede aportar a la creatividad propia.

En el caso de la literatura, leer a otros autores y autoras ayuda a encontrar formas de expresividad para explorar, y también a conocer lo que ya se hizo mil veces y por tanto no vale la pena seguir haciendo. Esto es importante, ya que hay fórmulas literarias trilladas a lo largo de la historia que muchos autores novatos siguen explotando. Cuando no dedicas tiempo suficiente a la lectura analítica, conoces un número muy limitado de estilos y estás más expuesto a caer en clichés pensando que no están tan obsoletos como en realidad están.

Es importante leer libros que te inspiren buenas ideas pero, aunque parezca mentira, también es muy útil leer libros de mala calidad. Leer libros malos ayuda a entender qué los hace malos y reflexionar sobre qué cosas contribuyen a que lo sean. De esa manera sabremos qué tenemos que evitar, que es algo igual de importante que sacar ideas de los libros que nos gustan. No tengas miedo de coger esa novela que tus propios prejuicios te hicieron odiar y pégale una lectura. Quítate los complejos y dedícale una tarde a reflexionar sobre ella, aunque no llegues a acabártela. Analízala y encuentra rasgos en ella que quieres evitar a toda costa. También podrás llevarte la sorpresa de ver cosas que te gustan, así que no seas cerrado de mente y aprovecha todo lo que puedas de esa novela tan odiada por ti. Cuando empiece a provocarte las primeras arcadas y sea insoportable continuar, puedes parar. Pero también puedes acabártela y terminar siendo el mayor fan de esa historia que terminó por convertirse en una sorpresa positiva. Todo puede pasar en literatura. 

La lectura es aprendizaje desde la observación, un aprendizaje que no tenemos cuando nos aproximamos a nuestra propia hoja en blanco. No es solo una fuente de inspiración, eso es incluso secundario porque si aspiras a escribir se supone que ya cuentas con ideas, sino que es sobre todo una forma de estudio sin tener siquiera que molestarnos en memorizar nada (aunque sí es necesario tener una actitud analítica). Exponte a diversos géneros y estilos y a libros de diferentes épocas. Buscar tu voz propia es un trabajo que necesita una exploración muy amplia y que no debe limitarse a las cosas similares a lo que buscas crear. 

Esto último que comento es importante, porque hay gente que piensa que la forma de mejorar su estilo es leer a los mejores del género que pretenden escribir. Eso solo es una parte, y claro que leer a Agatha Christie te ayudará a encontrar recursos útiles para tus obras de género policial, pero también te ayudará leer a Tolkien, Virginia Woolf o Stephen King. Diversificar el abanico de lecturas te ayudará a entender en qué destaca cada uno y transmitir eso a tus historias para que sean más ricas y menos encasilladas. Y alternar entre clásicos y obras contemporáneas te ayudará a entender qué se hizo siempre y qué se busca ahora.

La mejor forma de aprender a escribir es escribiendo y la mejor forma de optimizar el aprendizaje es leyendo de forma analítica. Entiende por qué te gusta lo que te gusta en otras novelas y aprende de los errores ajenos para evitar lo que no te gusta. Utiliza la lectura como un entretenimiento, pero también como un ejercicio. Y, por qué no, elige tus lecturas en función de lo que estés intentando escribir en ese momento. Si estás escribiendo un libro sobre intrigas en una abadía no sobrará leer El nombre de la rosa y si estás escribiendo sobre la construcción de una catedral seguro que leyendo Los pilares de la tierra aprenderás cosas sobre lo que puedes hacer y lo que debes evitar. Prueba a buscar la mejor manera de mejorarte a través de la lectura y a leer desde tu propia perspectiva, pero lee.

AXIOMA 8:

No es buena idea pretender ser escritor sin dedicar más tiempo a leer que a escribir. Para alguien que quiere escribir, el tiempo empleado en leer es análogo al tiempo empleado en estudiar medicina para alguien que quiere ser médico. Leyendo aprenderás recursos para esctructurar tus historias y formas narrativas, además de mejorar vocabulario. Pero sobre todo aprenderás sobre lo que ya se hizo y no merece la pena seguir explotando, sobre lo que contribuye a hacer que un libro no sea bueno y tendrás que evitar en el tuyo y sobre ideas que te llama la atención explorar.

Rubén Pedreira

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