Este libro es
uno de esos que cada vez que aparecen en una conversación siembran
polémica inmediata. ¿Polémica porque se ambienta en un mundo ficticio en
el que los nazis ganaron la guerra? No, claro que no, eso no tiene nada
de polémico. La polémica está en que lo normal es que a la gente le
salga definirlo como distopía. Y como tengas la mala suerte de que esté
presente tu colega el intenso lo más probable es que se eche las manos a
la cabeza y grite “¡es ucronía, no distopia!”. Evidentemente, después
de esa corrección tan innecesaria y repelente siempre se hace inevitable
pasar a las manos.
Años antes de dejar sin responder la
inquietante pregunta de si las ovejas sueñan con androides eléctricos (o
algo similar), P.K. Dick se esforzó por dar contestación a otra
cuestión: ¿Y si a Hitler le hubiera salido bien el plan ese que tenía?
Esa pregunta, que se hacen todavía algunos a quienes la prensa define
como como ‘nostálgicos, es la premisa de la que parte una novela en la
que el mundo es muy diferente al que acabamos heredando tras la II
Guerra Mundial.
En el mundo ucrónico (que no distópico,
recordemos por el bien de nuestra salud mental) montado por el escritor,
los tanques también funcionaban regular en la nieve rusa, igual que en
la verdadera sucesión de los acontecimientos de nuestra línea temporal.
Pero hubo por ahí algún detalle, acaecido por supuesto en ese lugar que
siempre es escenario y motivo de todo y llamado Estados Unidos, que
provocó que las cosas acabaran de manera distinta. Como consecuencia, el
país del sueño americano pasó a ser una pesadilla y se lo repartieron
entre Alemania y Japón.
En la parte japonesa de esos Estados
Unidos de ficción, donde se ambienta la trama principal de la novela,
diversos personajes se enfrentan a una sociedad en la que los conflictos
políticos y sociales están por todas partes. Además, todo el mundo está
obsesionado con un libro llamado ‘La langosta se ha posado’, escrito
por un enigmático hombre que vive en un castillo fortificado y que narra
la historia de un mundo alternativo en el que ocurrió algo fuera de
toda lógica: Los aliados ganaron la guerra contra los nazis. Una locura.
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