Rubén Pedreira

"Me di cuenta entonces de que a aquellos a los que nos ocurre, los que nos sentimos marcados por la soledad, el abandono y la vaga espera, tendemos a orbitar entre nosotros"

Me gustan las novelas en las que la historia es la excusa para contar una forma de pensar, que transcurren más en el interior del narrador que en su exterior. Lo más común en la literatura universal es dar prioridad a la sucesión frenética de los acontecimientos, pero la acción no es lo único que puede hacerte sentir interés por lo que lees. El viaje al centro de un cerebro tiene rutas distintas a las de un viaje al centro de la Tierra, pero si se hace bien es capaz de generar la misma necesidad de seguir conociendo el camino.

Esta novela también tiene acción, claro, hay una historia sucediendo en un pequeño pueblo del interior de España, pero en sus páginas sobre todo conocemos una forma de pensar y de vivir. Plañido nos mete en la cabeza de una protagonista que, en una era en la que el mundo incita a enmascarar todo sentimiento y empatizar con el prójimo tanto como con una piedra de algún parque del extrarradio de Bangkok, por casualidades de la vida acaba trabajando de forma recurrente como plañidera en entierros. Por lo general, quienes recurren a sus servicios son antiguos vecinos que necesitan liberar sus conciencias tras haber dejado atrás hace tiempo el pueblo donde nacieron y olvidado allí a sus seres queridos hasta que fue demasiado tarde.

El libro es un viaje al interior de dicha protagonista, Teresa. Una pelea entre la vida que eligió y la revisión constante de las elecciones pasadas que le llevaron a ella. Una contraposición entre quienes se fueron del pueblo en busca de una vida que creían más acorde a su generación y los pocos que, como ella, decidieron quedarse en él formando parte del cada vez más pequeño y envejecido grupo social que aceptan como el único que les pertenece. En cierto modo, la novela trata de lo que trata la vida: De la búsqueda de reconciliarse contigo mismo y con el contexto que te llevó a ser lo que eres para entender y aceptar tu derecho a ser así.