Vaya viaje.
Esa es la sensación que te queda en la cabeza tras terminar las 600
páginas de este libro, una de las mejores novelas históricas que
recuerdo haber leído. Está ambientada en el reinado de uno de los
faraones más peculiares de la historia, Akenatón, que además de ser
padre de Tutankamón y marido de Nefertiti montó un lío tremendo en su
época al decir que eso del politeísmo egipcio se había acabado y que la
capital del imperio se trasladaría a una ciudad que mandó construír en
un páramo desolado dedicada a su dios único. Mientras tanto, los
dominios del imperio se tambaleaban por diversos levantamientos sirios
que buscaban aprovechar la coyuntura.
En medio de este contexto
real de continua crisis ambientó Mika Waltari su novela, cuyo
protagonista es un personaje ficticio de nombre Sinuhé que tiene un peso
muy relevante en algunos de los acontecimientos más importantes en el
devenir del imperio. La novela no es un tratado de historia, pues fue
escrita hace casi cien años y aún a día de hoy los tiempos de Akenatón
tienen muchas lagunas debido a que a su muerte se le aplicó una de esas
condenas a la memoria que tanto gustaban en el mundo antiguo, lo que
hizo que muchas de las narraciones sobre sus tiempos de reinado se
perdieran por ser voluntariamente borradas para eliminar su recuerdo. A
pesar de que en la novela se pinta como un dirigente con buenas
intenciones, lo cierto es que tanto al personaje novelado como al real
se les complicó bastante el asunto de contentar al pueblo.
Más
allá del porcentaje de acierto que tuviera la mente de Waltari para
rellenar los huecos heredados en la historia de los tiempos de este
faraón, lo que sí es cierto es que los que saben del tema dicen que el
libro se ajusta muy bien a la narración de las tradiciones y
comportamientos sociales del Antiguo Egipto, y ese es uno de los puntos
fuertes del libro. Te transporta a otra cultura y a otros tiempos muy
diferentes con una naturalidad increíble mientras Sinuhé narra los
sucesos de su vida que le llevaron al destierro desde el que lo escribe
todo. Un libro para leer con calma y sin prisa, casi sintiendo el olor
del Nilo.
VALORACIÓN:
No hay comentarios:
Publicar un comentario