Combinación de una foto de Júpiter tomada en espectro visible por el Hubble y observaciones de las auroras en ultravioleta
Las auroras de Júpiter son fenómenos luminosos que se producen en los polos del planeta, causados por la interacción de las partículas cargadas del viento solar con el potente campo magnético de Júpiter. Estas partículas se aceleran a lo largo de las líneas del campo magnético y chocan con los átomos y moléculas de la atmósfera superior, produciendo una emisión de luz visible, ultravioleta y de rayos X.
Las auroras del planeta gigante fueron descubiertas por la nave espacial Voyager 1 en 1979, y desde entonces han sido observadas por varias misiones espaciales, como Galileo, Cassini, New Horizons y Juno. Estas misiones han revelado que las auroras de Júpiter son muy diferentes a las de la Tierra, ya que tienen mayor intensidad, más variabilidad y más complejidad.
Las auroras de Júpiter están influenciadas por varios factores, como el viento solar, la rotación del planeta, la presencia de lunas como Io y Europa, y las corrientes eléctricas que circulan entre el planeta y su magnetosfera. Estos factores hacen que el fenómeno presente distintas formas y patrones, como anillos, arcos, manchas o chorros. Son también una fuente de información sobre la dinámica del planeta y su entorno espacial.
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