Lo más extraño que ocurrirá nunca en tu vida

Lo cierto es que lo más extraño que ocurrirá nunca en tu vida no es lo de aquella vez que te encontraste por casualidad con tu mejor amigo del colegio en un viaje a Madagascar. Es cierto que llevabas sin saber de él desde los 11 años y que verlo después de tanto tiempo en el bar de un hotel de Antananarivo no entraba dentro de las quinielas, así como tampoco entraba en ellas el hecho de que lo reconocieras porque conservaba aún ese tic tan característico en la mano que te hizo conectar inmediatamente esa cara envejecida con la del chaval que un día te dió la mejor asistencia de tu carrera en el fútbol escolar. No se lo esperaba nadie, eso es así, pero tampoco es tan extraño como para ser lo más extraño que ocurrirá nunca en tu vida.

Lo más extraño que ocurrirá en tu vida tampoco es lo de aquella vez que lanzaste una moneda al aire en tu visita a Yucatán y no solo cayó perfectamente de canto, sino que además lo hizo encima de un artefacto maya oculto que estaba esperando bajo tierra a que se aplicara sobre él la fuerza exacta que aplicó la caída de tu moneda y en la superficie exacta en la que lo hizo. No contabas con ello, vale, pero tampoco fuiste el primero en descubrir un tesoro milenario por pura casualidad. Harrison Ford se hizo famoso con esas cosas.

Lo más extraño que ocurrirá nunca en tu vida es el simple hecho de que puedas decir "yo". Porque hubo tanta gente tirando monedas al aire o viajando por el mundo adelante a lo largo de la historia que lo raro habría sido más bien que no les hubiese ocurrido de todo. ¿Pero cuantos seres vivos existieron que al pasar por delante de un espejo se dijeran "esa persona soy yo" y, efectivamente, fueran tu? Esa casualidad solo se pudo (y se podrá) dar una vez, a pesar de todos los planetas que existen y todos los tiempos que existieron. Al menos que tu sepas.

Vives en la mayor casualidad del mundo. Y la vives ahora, no en los tiempos del Imperio romano ni en la Edad Media. La estás viviendo ahora, aún tienes margen de maniobra. Elige sabiamente.

Rubén Pedreira

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