El 24 de diciembre de 1968, la tripulación del Apolo 8 se encontraba en plena misión. Fueron los primeros humanos en viajar a la Luna (aunque no llegaran a poner el pie en ella), y por tanto en aquel momento todo el mundo tenía los ojos puestos en ellos.
En fechas tan emotivas como aquellas, plena Navidad, intervinieron en una retransmisión televisiva para felicitar las fiestas a la humanidad. Se estima que una de cada cuatro personas en el mundo vio o escuchó en directo aquella emisión, lo que da buena muestra del impacto que tenían los astronautas en esos tiempos. Se convirtió en la retransmisión televisiva más vista de la historia hasta aquella fecha.
La tripulación tuvo ciertos problemas para decidirse sobre qué discurso pronunciar para su mensaje de Navidad. Tenían la sensación de que cualquier cosa que dijeran deseando paz en el mundo entraría en conflicto ético con la situación que vivía su país con la Guerra de Vietnam. Por ello, finalmente se decidieron a recitar unos pasajes de la Biblia, concretamente del libro del Génesis. Los tres tripulantes se alternaron en la lectura, cerrando la intervención con buenos deseos navideños.
Si bien podría parecer un mensaje inocente, lo cierto es que generó bastante polémica e incluso consecuencias legales. El gobierno de los Estados Unidos fue demandado, con la acusación de atentar contra la Primera Enmienda (que incluye la separación de religión y Estado). La denuncia no llegó a desembocar en nada, pero la polémica se sirvió durante un tiempo.
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