Fotograma de la película 'Tienda de locos'
Un piano es un objeto de versatilidad muy limitada. Si
pensamos en sus funciones llegamos rápidamente a la conclusión de que
sólo existe una: crear sonidos. Es cierto que el usuario más inventivo
puede utilizarlo de otras maneras y echar mano del instrumento para
subirse a él y alcanzar un libro en el último estante de un mueble
cercano o para noquear espectacularmente a un enemigo golpeando su
cabeza con habilidad contra el teclado, pero si nos ceñimos al manual de
instrucciones su uso adecuado no va más allá del de generar notas en
función de las teclas apretadas.
Es, como digo, conceptualmente
simple. Aprietas una tecla y suena un fa. Aprietas otra y suena un sol.
Incluso es posible que, si tienes información privilegiada, seas capaz
de apretar en el lugar correcto para que reproduzca bemoles y
sostenidos. Es todo tan sencillo que resulta hasta ofensiva su capacidad
para llamar la atención de cualquiera que lo escucha.
Un piano
bien usado es capaz de conseguir casi todo en términos de transmisión
del mensaje. Es casi el único sonido que conozco que no necesita
palabras para decir exactamente lo que quiere decir. Puede que el
saxofonista más orgulloso defienda que su instrumento también es capaz
de hacerlo, pero mucho me temo que no. Lo único capaz de dejar claro lo
que está pasando sin necesidad de palabras, aparte de un piano, es un
radar de tráfico emitiendo un flash en plena noche y aún así el rango de
matices que permite el piano es mucho más amplio. Puedes no haber visto
un pentagrama en tu vida, pero cuando esas teclas suenan tu impulso
será girar la cabeza hacia ellas (salvo que ya estuvieras mirándolas,
ahí no sería necesario).
El piano no necesita de relaciones
públicas, nadie reniega de su sonido. Un sonido que, una vez escuchado,
es capaz de hacerse sitio en nuestra cabeza para siempre. No creo que
exista mucha gente que no haya dicho alguna vez "esta canción me suena"
al oír sonar una melodía desde un teclado. Y siempre es Erik Satie, es
casi una evidencia científica que cuando a alguien dice esa frase lo que
está escuchando es de Satie.
El piano es literatura en sonido.
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