Sándor Marai - El último encuentro

 


Esta novela se ambienta en la Hungría de los años 40 pero bien podría ambientarse en el lejano oeste, y no es porque esté plagada de sombreros de ala ancha, espuelas y plantas rodadoras apareciendo por cada esquina del desolado pueblo en el que está a punto de atracarse un banco o matarse a un sheriff. El libro no va de eso, y de hecho apenas hay acción en lo que se narra, pero sí existe en todo momento ese mismo ambiente que aparece en los instantes en los que dos pistoleros a punto de batirse en duelo estiran los dedos de sus manos junto a sus cinturas, a la espera del momento de echar mano al revolver y balear al rival

En este relato nadie dispara, pero la tensión es la misma. Dos antiguos amigos íntimos se encuentran después de cuarenta y pico años sin verse. Ambos están viejos y decrépitos, y hasta los momentos finales acompaña a la historia el misterioso fantasma de una imperdonable y desconocida traición pasada que acabó con la huída de uno de ellos después de décadas de amistad. El que se quedó, vivió una vida solitaria y recluida a la espera de ese reencuentro en el que poder sonsacarle al otro la verdad detrás de su acto. Su antiguo amigo pasó su vida en un remoto país extranjero, quizás con el remordimiento de aquella traición terrible.

Cuando el traicionero amigo vuelve al encuentro del traicionado, este lo recibe en su palacete de toda la vida. Empieza así una tensa conversación sobre el pasado que el anfitrión ve más bien como una venganza y que tiene esos tintes de duelo frente a un saloon de Alabama. El anfitrión habla, reflexiona y cuenta. Se nota que estuvo muy solo durante décadas, no se calla. El visitante lo mira en silencio, a lo Clint Eastwood. El anfitrión intenta mostrar condescendencia y orgullo, pero algo de resquemor aún hay. A veces, para calibrar el calado de su mensaje, calla y bebe lentamente, y más que Eastwood parece Jesús Quintero. El encuentro se dilata toda la noche, una noche en la que el anfitrión se queda a gusto soltando todo lo que tenía dentro. Una noche de 190 páginas en la que el lector también se queda con una agradable sensación tras leer sobre la metafísica de la amistad, el honor, la traición y la vida.

Rubén Pedreira

No hay comentarios:

Publicar un comentario